Vehículos deslizantes
Tu hijo puede entrenar su sentido del equilibrio incluso estando sentado, para lo cual son adecuados los vehículos deslizantes. Con ellos se entrenan los músculos y se fomenta el placer por el movimiento. Con los primeros pasos o a partir de un año, tu hijo ya puede divertirse con los coches correpasillos, ya que no son necesarios movimientos complejos como pedalear o incluso coordinar el giro y el pedaleo. En su lugar, la atención se centra en el desarrollo muscular y en los nuevos procesos motores que se aprenden. Como andador, si tu retoño aún no puede caminar pero sí sentarse, solo son adecuados aquellos modelos que dispongan de un respaldo adecuado.
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¿Plástico o madera?
Los vehículos de deslizamiento se arrastran por los charcos más profundos, porque al fin y al cabo, estar al aire libre es más divertido cuando salpica el agua de lluvia y las hojas mojadas se pegan a las botas de goma sucias... En este caso, no es necesario explicar explícitamente las desventajas de la madera, que se hacen evidentes a más tardar cuando el vehículo natural de madera acaba de sobrevivir a su primer otoño y, a lo largo de los meses siguientes, vuelve a la naturaleza... Las variantes de plástico son sencillamente más fáciles de limpiar, más duraderas y más versátiles en cuanto a equipamiento.
Si el coche de juguete también va a utilizarse en casa, recomendamos desde el principio neumáticos silenciosos, porque ningún vecino aguantará mucho tiempo con los pies quietos si se mueve ruidosamente por encima de él. Dado que nuestros pequeños están en constante movimiento, te harás un favor a ti mismo y a tus vecinos si al comprarlo te fijas en que tenga unos neumáticos adecuados que no te hagan perder los nervios.